Participación del Semillero MATHEMA en el Quinto Campamento de Semilleros de Investigación

Por: Luz Elendy Ruíz, Aura Janneth Taramuel y Alexánder Álvarez

A pocos metros del casco urbano de San Jerónimo, Antioquia, se encuentra el Hotel Quimbaya, sede de la quinta versión del campamento de semilleros de investigación de la Universidad de Antioquia durante los días 24, 25, y 26 de agosto. Esta es una estrategia de formación investigativa que pretende generar espacios de reconocimiento, fortalecimiento, reflexión y construcción, por parte de los integrantes de los semilleros de investigación. Un gran portón, al pie de una vía angosta y deteriorada, nos daba la bienvenida a lo que serían tres días llenos de pasión investigativa, trabajo cooperativo, nuevas amistades y comida deliciosa.

Las modalidades de participación eran dos: reflexiva, y oficiante. La modalidad reflexiva permitió a los semilleristas conocer la historia de los semilleros y reflexionar sobre su composición y diversidad. En la modalidad de oficiante los semilleristas se enfrentaron a retos y trabajaron en equipo para darles una solución práctica.

En representación de nuestro Semillero MATHEMA participaron Luz Elendy Ruíz y Aura Janneth Taramuel, en la modalidad reflexiva; y Alexánder Álvarez, en la modalidad de oficiante. Conozcamos ambas experiencias desde el punto de vista de los participantes. 

Modalidad oficiante.

Una travesía por el increíble mundo de la investigación 

La bienvenida al campamento fue poco más que acogedora. Azul, ese fue el color que escogí en el balotaje de los equipos. En esta modalidad los líderes de los equipos trabajaban directamente en las problemáticas a tratar; en nuestro caso, el cooperador fue César Pallares, economista, aliado de la estrategia de semilleros de la Universidad de Antioquia. A diferencia de los otros equipos, el nuestro tenía dos problemas a tratar, por un lado, estaba el rol de los semilleros en el sistema nacional de ciencia y tecnología, y el reconocimiento de estos como actores en la construcción de ciencia; por otro lado, estaba la evaluación de la comunidad científica, en particular, de los semilleros de la universidad. Al principio decidimos optar por la segunda opción; sin embargo, sobre el camino nos dimos cuenta de la estrecha relación entre ambas problemáticas. 

El trabajo en los grupos estuvo guiado por la propuesta metodológica Desing Thinking, que entre sus principios se encuentra, entre otros aspectos, la participación cooperativa, la priorización de las ideas concretas y funcionales, y el proceso cíclico e iterativo en la elaboración de prototipos ligeros y siempre sujetos a mejoras. Esta forma de elaborar el proceso de diseño de solución nos permitió enfrentarnos de una forma ágil y práctica al problema, a sus variables, y llegar a una solución pensando en el usuario final, que en nuestro caso fue el Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación. 

Pregunta de diseño formulada

En la segunda jornada tratamos de proponer una solución integral, que recorriera las perspectivas analizadas y respondiera a eso que creíamos esperaría el usuario final y respondiera a los intereses de los semilleros de investigación. César nos conectó con algunos funcionarios del Viceministerio de Conocimiento, Innovación y Productividad, lo nos permitió conocer la visión y perspectivas de los tomadores de decisiones de Minciencias. Realizamos, entonces, un prototipo ligero de solución, que luego mejoramos con nuevas ideas que nos permitieron adoptar algunos roles de trabajo. Las actividades de dispersión y competencia entre los equipos fueron una buena estrategia para no saturarnos con el trabajo; sin embargo, sentíamos presión, estábamos atrasados en el cronograma y al finalizar el día se esperaba que tuviéramos una propuesta concreta para recibir una retroalimentación desde varias perspectivas. Nuestra propuesta consistía en proponer a Minciencias una convocatoria de proyectos que respondiera a los objetivos de la misión de sabios dirigida a los semilleros de investigación, esto iba permitir una integración entre el ente gubernamental y los semilleros, el sector empresarial y la comunidad. 

La retroalimentación fue un proceso muy rico en ideas y aportes; al mismo tiempo asumir los comentarios con la presión del tiempo fue difícil de afrontar. Nos dimos cuenta de que muchas de las cosas que habíamos pensado eran poco prácticas o difíciles de realizar: la convocatoria de proyectos era inviable. Así nos fuimos a la cama, teníamos ahora medio día para reformular nuestra propuesta y planear la presentación final. En la tercera y última jornada, entre nervios, y eso sí, mucha comida deliciosa, nos devanamos los sesos y logramos dar una perspectiva distinta a nuestra propuesta. El camino no era convocatoria de proyectos, ¡pero sí de reconocimiento! Pensamos, entonces, en una caracterización de los semilleros, la forma de hacerlo era por medio una página web, que al mismo tiempo permitiera la interacción de los semilleros, la difusión de propuestas, y brindar opciones de formación. 

En general, nuestra propuesta fue bien acogida, recibimos buenos comentarios, y el paso siguiente, dijo César, era presentar la propuesta más estructurada ante el Viceministerio de Conocimiento, Innovación y Productividad. Pensar en que éramos parte de una propuesta de solución real ante una problemática latente y actual, nos hizo sentirnos partícipes del cambio y nos hizo reconocernos como actores generadores de soluciones en nuestro medio.  

Esta experiencia fue más que maravillosa. Estos conocimientos y actitudes de afrontar los procesos investigativos son de gran valor para mí, espero esparcirlos sobre nuestro semillero y que todos nuestros integrantes se contagien de esa pasión investigativa, y se reconozcan como agentes de cambio en nuestros ámbitos académicos, y por qué no, personales, también.

Equipo de trabajo K-se 

Modalidad reflexiva 

Todo parecía muy tranquilo cuando llegamos al hotel y con el paso de los días pudimos darnos cuenta de que esa misma calma, era la que nos permitiría generar espacios propios de reflexión a propósito de nuestros semilleros; sus estrategias, procesos y resultados. Esta modalidad, al igual que la de oficiantes, se desarrolló en equipos, y consistió en recorrer 4 rutas alrededor de aspectos inherentes a los semilleros, tales como: su historia, su definición, las características, los diferentes roles dentro del semillero, las proyecciones y el quehacer de cada uno de ellos. Cada una de estas reflexiones nos permitirían identificar las particularidades y características esenciales de cada uno de los semilleros, que en el campamento tenían representación. Es menester resaltar que, para esta quinta versión, el campamento se vio enriquecido por el aporte de experiencias gestadas en semilleros externos a los de la Universidad de Antioquia, con 5 estudiantes que provenían de otras instituciones y con quienes nos aventuramos a recorrer este camino que nos depararía grandes retos y sorpresas. Es en ese sentido, que les presentamos las rutas y experiencias que como investigadores jóvenes adscritos al semillero MATHEMA tuvimos la oportunidad de vivenciar. 

Partimos de la actividad de reconocimiento de esa trayectoria histórica que ha hecho de los semilleros una de las estrategias de formación investigativa de gran impacto en la Universidad de Antioquia. Ese recorrido histórico, da cuenta de que nuestros semilleros, son el resultado de una constante lucha que han asumido todos quienes hacen parte de la estrategia. Asimismo, y antes de que se conformaran los equipos de trabajo, tuvimos la oportunidad de conversar e interactuar con otros semilleristas, en torno a unos espacios denominados “metáforas investigativas» que de una u otra forma, buscaban introducirnos a esas principales características de la actividad científica, de gran importancia a la hora de asumir procesos investigativos. A continuación, se mencionan las estaciones visitadas y las temáticas relacionadas: 

  • “Ciencia abierta” conocimiento al alcance de todos. 
  • “Alcachofa” fases o etapas del proceso investigativo. 
  • “Integridad de la ciencia” honestidad intelectual con el manejo de datos. 
  • “Los ojos del marciano” diferentes formas de ver el mundo. 
  • “Escucha” la importancia de estar atentos y dispuestos a la escucha. 
  • “La base CRAI+I” acceso a la información por medio del sistema de bibliotecas. 

Finaliza esta etapa y para la conformación de los equipos de trabajo en la modalidad reflexivos se asume el importante reto de consultar en la revista de divulgación científica de la Universidad de Antioquia Experimenta un artículo investigativo y a partir de él evocar un nombre para el equipo de trabajo y, además de socializar, de manera creativa, los resultados y nuestro interés por dicha publicación. El resultado de esta primera actividad fueron los grupos “Agüita de coco” y “Music Pigs” nombres suscitados a partir de artículos de investigación de nuestro interés. Esta actividad finaliza con la socialización y la asignación de puntos acumulativos para el equipo ganador. Aunque ningún equipo de los que hacemos parte fue el ganador, esta actividad nos permitió interactuar con nuestros nuevos compañeros y con quienes estrecharíamos fuertes lazos de amistad. 

Solo hasta ese momento iniciamos nuestro recorrido por las cuatro rutas. La primera fue la de “Frutos perdurables” aquí partimos de los siguientes interrogantes:

  

Las respuestas a los anteriores interrogantes daban cuenta de los frutos que hemos obtenido por pertenecer y participar de la estrategia de semilleros. Impactos, transformaciones y frutos, tanto como sujetos, docentes, investigadores y semilleristas. De manera general, se rescata que, gracias a los semilleros de investigación, sus participantes hemos podido fortalecer y desarrollar habilidades comunicativas, escriturales, reflexivas, organizativas, entre otras; que nos han permitido transformar día a día nuestras prácticas.  

En la ruta de sueños nos llamó la atención esta frase “Se aprende haciendo” y con ella a partir de la construcción de la definición de ¿Qué es un semillero? por medio de palabras clave pudimos ampliar lo que cada uno de nosotros conocíamos y entendíamos como semillero y la importancia de esta para pensarnos qué función ha cumplido y cumple nuestro semillero y cómo soñamos el propósito, objetivo y el alcance de nuestra participación y la del semillero en la sociedad en la que hoy nos encontramos. 

Oportunidad, aprendizaje, formación, construcción, descubrimiento, comunidad, motivación, co-creacion, ingenio, creatividad, compañerismo, reto y esperanza son, entre tanto, las definiciones y cualidades que, desde la construcción colectiva, creemos enmarcan lo que denominamos, hoy en día, un “semillero de investigación”. Así fue el caso para quienes hicimos parte de esta modalidad y para quienes cada uno de estos términos, cobra un especial significado y relevancia porque ha surgido desde el sentir y el quehacer de cada semillerista. 

Luego nos encontramos con la Ruta de Caminos en la que se mostraron estrategias y actividades que se desarrollan dentro los semilleros y otras como propuestas a trabajar, éstas se plantean cargadas de innovación, dinamismo, flexibilidad y participación, con fin se fomentar transformaciones en estos espacios. Creemos que el contraste que se hace con lo planteado en el papel y lo que se lleva a cabo en el semillero, tiene correspondencia, aun así, se manifestó la necesidad de seguir trabajando por fortalecer actividades y estrategias en las que cada semillero se ha debilitado o no ha implementado. Aquí, los aportes recogidos a partir de la experiencia de los participantes de otras universidades resultan muy valiosos y se acogen de manera bidireccional. 

Luego, en una última Ruta nos esperaba el “Saber-Hacer» en la que conversamos acerca de los roles y funciones que desempeñamos y desempeñan los integrantes que conforman cada semillero y en ella también la reflexión de llevar a cabo estas responsabilidades de manera colectiva siempre mirando hacia nuestros propósitos como colectivo, en donde las funciones y responsabilidades, son una tarea de todos y que aunque se tenga una organización y nominación de roles, todos quienes hacemos el semillero tenemos la responsabilidad de asumir. 

Finalmente, resaltar lo valioso que resulta el campamento, como experiencia que nos permitió, no solo llevarnos para nuestra vida aprendizajes que nos forman de manera más integral sino también poder compartir experiencias con compañeros que posiblemente nunca hubiéramos conocido. Es más, para nosotros como; sujetos, semilleristas, y en particular, como futuros maestros; el campamento fue una oportunidad para reflexionar acerca de la importancia que tiene la actividad investigativa en los procesos educativos. Puesto que, desde ya, como maestros en formación, estamos llamados a una continua introspección de nuestros accionar, que si o si, implica una actividad investigativa. De modo, que más allá de un interés y motivación propia por investigación, está el deber y el compromiso social que nos atañe nuestra loable labor. Así pues, la actividad investigativa, más que una opción; es en sí misma, es una forma de interpretar, habitar y repensar los escenarios que nos acontecen a través de una construcción colectiva que se va tejiendo desde el dialogo de saberes e interdisciplinariedad con otras áreas que, a su vez, impulsan una cultura científica en aras de una transformación social. 

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